miércoles, 4 de febrero de 2009

Hombre tiburón pierde mucho más que US$ 100 millones

TIBURÓN EN REMOLINOS

Las recientes fotografías propaladas por la prensa del fenómeno más grande de la natación, Michael Phelps, quien arrasó toda competencia en las últimas olimpiadas de Beijing 2008, han sido la tempestad que ha terminado por hundir su imagen. En las tomas, el joven de 23 años aparece con una pipa fumando marihuana. El efecto más inmediato ha sido la inminente pérdida de millonarios contratos de publicidad conseguidos por Phelps superiores a los US$ 100 millones.
Número uno de la historia de la natación gracias a una trayectoria que incluye catorce medallas de oro olímpicas, Phelps se transformó en un símbolo del deporte mundial con sus ocho victorias en Beijing 2008, todas ellas con récord mundial que superaron toda hazaña pasada. Sin embargo lo que aún no se sabe, es la magnitud del efecto que ha causado esta noticia en el vínculo emotivo que tenía este ídolo con sus millones de seguidores. Innumerables jóvenes alrededor del mundo se inspiraron en "El Tiburón Phelps", depositaron en él sus ilusiones y querían seguir sus pasos pues no encontraban a nadie mejor que él para enseñarles cómo triunfar en el deporte y en la vida.

El nadador ha dicho que su comportamiento ha sido lamentable y equivocado, "soy muy joven a pesar de todos los éxitos deportivos y actué en forma infantil e inapropiada, me disculpo ante la gente y a mis seguidores les prometo que esto no volverá a ocurrir".

La vida de Phelps es una excelente enseñanza para la vida de liderazgo que todo seguidor de Cristo debe tener. No basta con las medallas de oro –que por supuesto son necesarias- , pero debemos recordar que tener éxito no es lo mismo que tener trascendencia. El éxito es personal, efímero, se queda en la tumba, nadie más se acuerda de ti o lo que lograste conseguir en tu vida. En cambio la trascendencia es el impacto positivo que dejas en la gente que te rodea, los buenos frutos que se multiplican en tus seguidores quienes a su vez continúan la cadena de impactar a otros. Qué mejor ejemplo de trascendencia que Jesús quien partió la historia de la humanidad y con doce discípulos inició el reinado más trascendente que puede haber, el de su Evangelio, su Iglesia.

El esfuerzo físico unido a un dotado cuerpo y la disciplina deportiva llevan, sin duda, a conseguir medallas pero sólo la integridad y santidad hacen de un joven un líder de verdadera influencia. No es la primera vez que Phelps se ve involucrado en este tipo de escándalos pues en el 2005 fue condenado a una pena de dieciocho meses en libertad condicional tras reconocer su culpabilidad al conducir alcoholizado. Todo ello nos enseña que si bien la juventud es la mejor etapa para derrochar fuerza, sobre todo son los años donde la sabiduría de Dios debe resplandecer y su Palabra debe ser aquello que "limpie nuestro camino". El hombre inteligente es el que aprende de sus errores pero el hombre sabio aprende de los errores de los demás. Por un momento de placer, no arruines todo un futuro prometedor; por cinco minutos de delirio, no lleves tu vida al pecado pues éste te separa de Dios.

"¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra". Salmos 119, 9





lunes, 14 de enero de 2008

Se le quemaron los chicotes




Su vocabulario se ha reducido a cuatro o cinco palabras, todas ellas lisuras de grueso calibre. Si está alegre, las canta con el típico acento piurano; si está molesto, las escupe con voz grave pero aún enclaustrada en un cuerpo medio muerto.

La última vez que lo vi sano, me había abrazado con mucha fuerza al punto de desatar una sonora percusión con los huesos de mi espalda. Además de ser un exitoso comerciante, criaba chanchos, tenía tres perros pekineses, en su linda casa habían sobreabundancia de mangos debido a un inmenso árbol y adoraba cantar sanjuanitos ecuatorianos. Era flaco, un poco más que ahora. Era feliz, nada igual a lo que se ha convertido. Y es que cargar una masa de huesos que sólo responde a la mitad de sus deseos, que no puede coordinar los viejos pasos de bolero y menos realizar ni una décima parte de todo lo que hacía antes del accidente, lo han llevado a pasar la mitad de su vida, con el cerebro apagado.

Mientras ya me siento todo un blogero famoso, en la cocina de mi casa, su esposa acaba de terminar una oración, es la única cosa que le faltaba hacer porque hospitales y doctores, se los conocían todos; brujos, chamanes y espiritistas, vírgenes, señores y santos, todo ha resultado inútil para quitarle la cuadriplejia al hermano de mi mamá, al personaje más alegre de mi infancia, al señor que ahora duerme en uno de las habitaciones para invitados de mi casa. Un "hola calajo" retumba en la casa, ahora sólo le quedan tres palabras para repetir. Se despertó.


Le han llevado el batallón de pastillas que controlan sus bigotudas expresiones faciales, que intentan vencer al enemigo de las convulciones. Un cafecito con leche lo ha hecho despertarse unos breves instantes y a diferencia de las otras veces cuando nos visita, hoy no me he atrevido a ir a abrazarlo. Lo he elegido por unanimidad como el primer personaje de mi blog y es que se lo merece, las nominaciones, el jurado y los críticos lo habían designado como el tío más macho, aquel que tuvo más plata entre sus hermanos, el que primero tuvo un tv a color, cable, casa con tercer piso construído y una diminuta atracción de plástico llamada tarjeta de crédito.

Pascual, hombre, eres el elegido. Tu esposa ha llorado por enésima vez, en esta semana, para ella es un ejercicio doloroso de resistencia que no sabe cuándo acabará. Tu esposa ha orado de todo corazón por primera vez, pidiéndole a un tal Jesús que te sane. Se le quemaron los chicotes, incluso más que a ti. La gran diferencia, es el fuego que los quemó.

(El video es de prueba, no pertenece al tema)